sábado, 6 de mayo de 2017

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Bianca Benyo y Sandra Miguel (alumnas de 2º de Bachillerato)

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Bianca Benyo.


Aún recuerdo mi primer día en el Juana I de Castilla, fue una sensación tan rara, éramos los pequeños del centro, nos adentrábamos en una nueva aventura… una nueva etapa estaba comenzando para nosotros. Recuerdo el gran cambio que fue dejar el colegio para dar comienzo al instituto.

El primer año conocí a muchos alumnos y profesores nuevos. Sin ninguna duda, de este primer año el profesor de Lengua, Jose nos marcó a casi todos los alumnos por no decir a todos: recuerdo sus chistes, sus bromas, lo pasamos bien junto a él; también haré una mención especial de la profesora de Sociales y Educación Física, Purificación Díez, más conocida como Puri: en sus clases lo pasaba muy bien sobre todo en E.F ya que es donde más nos divertíamos, es una profesora llena de energía y con muy buen rollo. Acabó primero y comenzamos el segundo año, la cosa se complicaba un poco. En tercero algunos alumnos de Francés junto a los compañeros de cuarto nos fuimos de viaje a París, con Lola e Isabel. Visitamos los lugares más bonitos, una compañera y yo tuvimos un pequeño percance, nos perdimos en la Catedral de Notre Dame y la verdad es que las profesoras se asustaron mucho, aunque nosotras nos lo tomamos a risa en todo momento… fue divertido.  En cuarto, teníamos que elegir entre Letras y Ciencias, yo me decanté por la primera opción.

A partir de aquí, ya sí que llegaba lo complicado, pasaba a otra fase, el Bachillerato, eso que tanto me asustaba, y la verdad es que comenzó el curso y tampoco fue para tanto.. fue duro, claro, pero tampoco mucho, al menos me quedaba el consuelo de que aún teníamos la asignatura de E.F. Y al fin llegó el último curso, 2º de Bachillerato, ese curso tan temido y la verdad es que así es, un curso muy complicado. En este curso 2015-16 tuvimos la suerte de tener a un profesor inigualable, Juan Luis, recuerdo el primer día de clase, qué buena energía nos trajo a todos, es una persona que, a pesar de todo, siempre tenía una sonrisa en la cara, se volcaba muchísimo con nosotros y, al menos a mí, me ha hecho crecer como persona. Cada día que teníamos clase de Lengua se me pasaba volando. Es una gran persona.

Ya pasando a otro tema, también quiero mencionar a Rita, profesora de Inglés, que al principio nos daba miedo por la caña que nos metía en sus clases, pero pronto comprendimos que era por nuestro bien; aprendimos mucho con ella.

Quiero hacer una mención, también, a las conserjes de este centro, que me han tratado con muchísimo cariño en todos estos años, tanto Modesta como Milagros y Lourdes, gracias chicas.  
En el tema de las excursiones, hay que decir que hemos tenido bastantes, aunque siempre queríamos más.

Por último, quiero decir que hace relativamente poco tiempo, el pasado 13 de enero, falleció María, como todos sabemos, y la verdad es que aún me cuesta hacerme a la idea de que ya no la volveré a ver. “María nunca te vamos a olvidar, gracias por todos los momentos que nos has ofrecido”.

En general, me llevo buena impresión de este centro: hay profesores con los que me he llevado mejor y les he cogido cariño y otros que solo han sido mis profesores. Gracias a todos por estos años.

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Sandra Miguel.


Cuando llegué al instituto con 12 años, no sabía a qué me iba a enfrentar; recuerdo que la primera semana la pasé con miedo e incertidumbre por cómo serían todos los cambios que iba a vivir después de nueve años en el Pedro I. Poco a poco, y con ayuda de mis compañeros, algunos conocidos y otros desconocidos y de algún profesor, fui cogiendo confianza y me fui acostumbrando a la nueva rutina.

Creo que el curso que más difícil me ha parecido ha sido tercero de E.S.O. (aunque segundo de Bachillerato también se las traiga),  ya que empecé a suspender, porque era la primera vez que daba Física y Química y las Mates se empezaban a complicar y nunca han sido mi fuerte, pero ese mismo año tuve la suerte de conocer a una persona con la que, aunque los dos meses primeros éramos como el perro y el gato,  todo cambió y, al final, nos entendíamos y, a día de hoy, sé que ha sido una de las mejores profesoras que he tenido y que tendré en toda mi vida académica, Rita.

Después llegué a Bachiller y ahí fue cuando noté el cambio de verdad:  primero me costó, pero al final lo saqué y ahora estoy repitiendo segundo y, aunque no me enorgullece y me arrepiento de no haberme esforzado demasiado el curso anterior, me quedo con las palabras de otro de los profesores que nunca olvidaré, Juan Luis, quien un día nos dijo que repetir tampoco era tan malo, que él llego a descubrir lo que realmente le gustaba gracias a repetir C.O.U. y creo que es lo mismo que me está ocurriendo a mí.

De estos siete años en el centro, me llevo lo académico, los dos grandes viajes a París y a Italia pero, sobre todo, a la pequeña gran familia que hemos formado mis cinco compañeros y amigos en todo este tiempo, en el que ha habido malos momentos que no importan, porque los buenos los superan con creces. 





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