jueves, 30 de marzo de 2017

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Juan Manuel Campos, Ismael González y Alonso Téllez (alumnos de 1º de Bachillerato)

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Juan Manuel Campos.

Mi experiencia en este instituto ha sido fabulosa, desde aquellos primeros días en los que me podían los nervios hasta el último.
Adaptarme a esta nueva etapa escolar fue solo cuestión de días, pues enseguida me supe desenvolver con los profesores y con los compañeros.
Ha habido buenos y malos momentos, más buenos que malos... momentos que, al fin y al cabo, formaban parte del aprendizaje y de la vida, en un instituto donde convivía seis horas diarias con profesores y compañeros, personas, en su mayoría estupendas, y con las cuales me alegro de haber compartido mi paso por este instituto.
Con los profesores, he de reconocer que he tenido algunos roces, pese a ello, siempre se han preocupado por mí y me han enseñado otras lecciones que no están en los libros.
Cuando sea mayor recordaré con cariño y con nostalgia estos años tan importantes para formarme como persona. 

Espero volver para celebrar el 40 y el 50 aniversario de mi querido instituto.



Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Ismael González.

Recuerdo con claridad la primera vez que entré en el instituto: fue en la excursión que se hacía en sexto de primaria, cuando tan solo tenía 12; la excursión se realizaba a los dos institutos que hay en el pueblo, pero una vez estuve ahí, sabía que sería donde estudiaría. De los siete años que va hacer que estoy en el instituto, los que mejor recuerdo son los últimos, ya que son en los que tengo muchos más recuerdos cercanos, pero aun así recuerdo cómo fue grande el paso de ser los mayores del colegio a ser los más pequeños. Creo que una de las cosas que mejor recuerdo han sido las broncas que nos llevábamos mis compañeros y yo por pasarnos de listos con los profesores que casi no reñían y el respeto que otros imponían. Cuando llegamos a primero, Enrique era el Jefe de Estudios y nos imponía respeto a simple vista, la primera semana entró en mi clase y nos pregunto quién daría MAE y algunos se quedaron tan cortados que fui el único que levantó la mano, lo que significó que me cambió de clase y dejé de estar con la gran mayoría de mis amigos. Al recordar todos estos años atrás, me vienen a la cabeza muchos profesores a los que todos apreciábamos, profesores como Jose en Lengua, Lola en Biología, Jesús y sus míticos “niños, niñas silencio”, Ricardo en Física y Química y otros muchos más. En definitiva, he pasado muchas cosas buenas en el Juana y, aunque todavía me queda algún año más, no creo que los olvide nunca.



Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Alonso Téllez.

Un lugar de conocimiento, un lugar de amigos, un lugar de experiencias, un lugar de caídas y ascensos a lo más alto. Más que un lugar, un hogar. El segundo hogar, en el que pasas más tiempo con una segunda familia en la que puedes apoyarte para descubrir un nuevo mundo en el que forjar un camino por el que correrás o andarás, pero con la ayuda que recibes ahí te enseñan a nunca estar parado. Un hogar con el que avanzar.

martes, 28 de marzo de 2017

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Rosa María Rodríguez (antigua alumna y madre de alumna)


¡Qué casualidad!, mi hija Irene me pide que haga un resumen, en estas fechas que tengo “a rebosar” el WHATS de los mensajes de mis compañeros de aquella época, porque, a primeros del mes que viene celebramos un encuentro…32 años después de terminar el BUP y COU, como se llamaba entonces.    Todos celebran que este año cumplen 50 años, yo no, mi caso es particular, yo les llevo 5 años de “ventaja”, yo cumplo 55.

Retomé los estudios cinco años después de haber sacado el Graduado Escolar con 14 años; aquel verano quemé los libros en la caldera de la calefacción (entonces de leña) y después de pasar un año “haciendo nada”, quise volver a estudiar con mis amigas, todas en el Insti enfrente de mi casa.  Cuando se lo planteé a mis padres, no lo entendían; en aquella época la mayoría de las chicas dejaban los estudios y se iban a las fábricas del pueblo (Hilaturas y Riera Marsá), me sorprendía que compañeras brillantes no continuaran en el Instituto, solo cuatro o cinco de mi clase, siguieron estudiando y, precisamente, eran amigas mías.

Pasaron otros cuatro años haciendo “poco más que nada”: aprendí el corte y confección (Sé coser, pero, no me gusta, coso lo imprescindible, aunque ya quisiera que mis hijos supieran). Aprendí a escribir a máquina (¡¡¡bendita la hora!!! que es tan necesario en mi trabajo).   Insistí y persistí en que quería estudiar y como todo lo que uno se propone con fuerza, comencé el acertado camino de continuar titulando. Tenía 5 años más que mis compañeros, pero mi energía intacta. Dejé a un lado la vergüenza que sentía de ser tan mayor y rápido me integré en la clase, aunque en los recreos y permisos me iba a casa a ayudar con el negocio familiar. Hice amistades, pocas, pero profundas, recuerdo compañeros que me ayudaron (y, si no, me enfadaba… pobre Carlos Vasco, qué bueno era).  

Y recuerdo a algunos profesores: Victoria de mates, alta, espigada, poco favorecida,…hizo que me enamorara de los números, ecuaciones, derivadas, integrales…   Alucinaba con el número Pi y el infinito. Estudiaba con sus mismas frases, imitando sus particulares gestos con las manos, que envolvían. Después de 5 años sin estudiar, no me acordaba ni de dividir y con ella nunca tuve menos de un notable.

También recuerdo a otra Victoria, a esta la llamábamos Vicky, tan moderna, alegre y sexy,…impresionantes sus minifaldas y su forma tan amena de dar las clases, se pasaba el tiempo volando. Apenas recuerdo la materia que daba,  pero nunca olvidaré su mirada de aceptación, apoyo y ánimo, reflejado en su sonrisa fresca y hermosa; para mí suponía un reconocimiento incondicional y necesario.

¡Qué difícil el Dibujo Técnico!, durante años tuve pesadillas por no haberlo aprobado aún y el profe, Gonzalo, muy joven, en el segundo suspenso, creo que entendió mi incapacidad innata para calcular tres dimensiones y me pasó por imposible y mi urgencia de salir adelante por el camino elegido. Durante los cuatro años de instituto tuve la intuición de que los profes tenían “un acuerdo” de apoyar mi decisión de retomar los estudios.

Es posible que las dos Victorias vengan al encuentro, buena ocasión para darles un abrazo. Mi corazón agradece el apoyo de las profesoras y profesores, sensibles y conscientes de las necesidades individuales del alumnado. Su ayuda nunca es en vano. A mí me cambió la vida.


Este año mi hija pequeña termina el Bachiller y el 4 de febrero ¡¡lo voy a celebrar!!  

sábado, 25 de marzo de 2017

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Laura Carnicero, Ángela Fraile y Cristina Revuelta (alumnas de 2º de Bachillerato)

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Laura Carnicero.

Continuando con mi etapa educativa, hace 6 años decidí escoger el instituto Juana I para realizar las enseñanzas de ESO, y posteriormente Bachillerato. A lo largo de estos años, he estado rodeada de un montón de personas que me han ayudado a llegar hasta donde estoy ahora. Aún recuerdo el primer día de instituto, en el que tienes cierta incertidumbre de cómo será tu nueva vida aquí, cómo serán los profesores, las aulas, pues todo son cambios  y diferencias respecto al colegio.

El primer curso, noté el cambio, pero con profesores como Elena que nos daba Inglés, o José el profesor de Lengua y Literatura, Educación Física con Puri, las mañanas se hacían más llevaderas. No me olvido tampoco del resto de profesores a los que recuerdo con gran estima, como LolaManuelJesús… El año siguiente, en segundo, ya totalmente integrada en el instituto y en su funcionamiento, me adapté y mejoré mucho mis resultados respecto a primero. Sin embargo, en tercero, la dinámica cambió y este curso requería un esfuerzo mayor. Tuve asignaturas como Música con Susana que era de mis favoritas, Inglés con Ruth era muy interesante porque vino Ángel, que era de EEUU y nos ayudó un montón o el  primer curso que pasé con César en Educación Física, que nos enfocaba siempre la asignatura de otra forma distinta a la que estábamos acostumbrados. Creo que las asignaturas que más me costaron fueron Física y Matemáticas, pues yo ya era consciente de que no soy de números ni mucho menos, pero, con la ayuda de Ricardo (el profesor) y mi amiga Irene, conseguí aprobar ambas. Pero sin duda, para mí el mejor año de esta etapa fue cuarto de ESO: en mi clase éramos pocos alumnos, pero todos nos llevábamos muy bien y nos compenetrábamos en todo. Mis notas mejoraron aún más y me gustaban todas las asignaturas, por lo que no me disgustaba estudiarlas.

Llegando ya hacia donde estoy ahora, el año pasado en primero de Bachillerato, el esfuerzo todavía fue más grande y, aunque al principio me costó adaptarme, porque tenía nuevas asignaturas que no había dado antes, como Filosofía con Jesús, Economía con Victoria, terminé el curso muy contenta y con todos los objetivos cumplidos. Este año que ha comenzado ya me habían avisado de lo difícil que era y, efectivamente, es como te lo pintan, pero todo es esforzarse para conseguir lo que uno quiere.

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Ángela Fraile.

He estado estudiando en el centro desde 1º ESO hasta 2º BACH. A punto de cerrar mi etapa en el instituto, puedo decir que ha sido buena, aunque si me hubieran preguntado en tercero, por ejemplo, hubiera dicho que de buena nada. Hubiera dicho que no, porque, en como todos los centros, siempre hay una panda que te pueden amargar un poquito tu existencia en el instituto y como en esa época te lo tomas todo a la tremenda, te parece lo peor del mundo, pero ahora incluso me río de ello.

Del instituto, me llevo a gente que conocía antes de entrar, pero que no tenía amistad y que, día tras día, nos ha unido y gente nueva; también a profesores y nuevas experiencias que por mucho tiempo que pase siempre lo recuerdas.

Lo bueno que tiene el centro es que es un centro “familiar”, las clases no están masificadas y, por tanto, tienes una relación más cercana con los profesores y compañeros. Esto te permite conocer a profesores, que han dado todo para que demos lo mejor de nosotros mismos. Al conocernos todos, en los pasillos hay buen ambiente (aunque alguna discusión sí que hay) que te ayuda a llevar los días.
Mis mejores años han sido 4º ESO y Bachillerato. Quizás porque has madurado lo suficiente para saber apreciar ciertas cosas que en los primeros años ni te das cuenta y porque te dejas de quejar de ir al instituto. También influye el genial viaje que hicimos a Londres en 4º, por el cual tenemos que dar las gracias a los profesores que fueron con nosotros.

En cuanto al nivel académico, considero que es un centro que ha mejorado mucho en ese aspecto, respecto a años anteriores y que cuando sales de la ESO o Bachillerato tienes el nivel suficiente para hacer frente a cualquier prueba/grado. En cuanto a las instalaciones, es un centro que se nota que tiene muchos años, pero que, en mi opinión, tiene buenas instalaciones en cuanto a E.F.

En definitiva, ha sido una etapa con buenos momentos y no tan buenos, pero como es una etapa muy importante en tu vida y que te marca te quedas con los buenos, ya que no vas a tirar seis años de tu vida diciendo que han sido lo peor.

Repetiría mi experiencia en el centro, sin duda, y ahora que solo me quedan unos meses para acabar, sé que lo echaré de menos y lo recordaré como un grato recuerdo.



Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Cristina Revuelta.


Mi experiencia, en general, en el IES Juana I de Castilla ha sido muy buena.

Con toda seguridad, este último curso está siendo el mejor, el grupo de amigos ya está forjado, la relación con algunos profesores casi roza la amistad y ahora que estamos a punto de irnos, es cuando nos damos cuenta de todo lo que ha significado este instituto para nosotros.

Desde que entramos, con apenas 11 años hasta ahora, con casi 18, hemos crecido, madurado y, sobre todo, hemos aprendido a pensar por nosotros mismos.

Hemos tenido y tenemos profesoras/es buenísimos;  al igual que hemos tenido algunas/os de los que no merece la pena hablar, lo mismo ha ocurrido con los compañeros.

También, gracias a este instituto, hemos viajado con nuestros amigos y compañeros a otros países, lo cual nos ha ayudado a seguir aprendiendo, aunque fuera del aula.



Estoy totalmente segura de que voy a echar de menos este instituto y de que volveré en cuanto pueda a ver a los profesores/as increíbles que dejamos aquí. 



miércoles, 22 de marzo de 2017

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Lorena San José y Miriam Villagarcía (alumnas de 2º de Bachillerato)

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Lorena San José.

Soy Lorena San José Velasco y estudio actualmente en el IES Juana I de Castilla. Llevo aquí desde 1º ESO hasta ahora, 2º Bach, donde me encuentro.

Vine a este instituto porque es donde estaba estudiando mi hermano y me alegra mucho que haya sido así; porque he conocido, poco a poco, a mis compañeros y ahora tengo a los mejores amigos;  porque me llevo a maravillosos profesores conmigo; y por los momentos  y risas que me ha brindado todo este tiempo aquí.

Este instituto me ha dado 6 felices años en esta esta etapa de mi vida, pero entre toda la felicidad, también ha habido sitio para malos ratos, para agobios y discusiones, pero nada del otro mundo,  teniendo en cuenta que son 6 años de convivencia y, al igual que se crean lazos, otros se rompen, y que estamos aquí para estudiar y eso siempre requiere un esfuerzo. Aun así, yo me quedo con lo bueno.

¡Y cómo no hablar del viaje a Londres! Una de las mejores experiencias de mi vida a las que se sumarán también nuestros próximos viajes a Paris e Italia este mismo curso. Londres lo recuerdo como una bomba de sentimientos y emociones que explotaba a cada instante de una manera diferente; fueron sensaciones increíbles las que viví allí. Cada vez que recuerdo este viaje, me hace recordar todo el curso y mi mente se traslada a 4º ESO de nuevo, y es algo genial, porque 4º ha sido el curso que más ha marcado mi etapa en el instituto. En este curso me pasaron un montón de cosas; conocimos a Teresa, que más que una profesora, fue una madre, a Mar, que año tras año se ha convertido en la madrina perfecta, a Icíar, que tan pronto es una excelente profesora de inglés como es una amiga con la que podemos hablar de cualquier cosa. Algo que significó mucho para mí en este curso, también fue que, poco a poco, veía cómo la persona con la que más unión tenía, Irene, se iba a ir durante todo un curso a EEUU. Fue algo duro, pero ahora, 2 años después, seguimos tan unidas como siempre. Ese año que ella no estuvo, 1º Bach, tuve la oportunidad de pasar mucho más tiempo con Aitor, Elena y Miriam, y conocerlos mejor; a día de hoy, me doy cuenta de lo mucho que los necesito a cada uno de ellos.

Este último curso, está siendo el más duro para mí, pero mirando hacia el futuro sé que todo esfuerzo tendrá su recompensa y que tengo que dar el máximo de mí. Pero no todo son cosas malas, porque este año estoy aumentando mi relación con Ángela, Cristina y Yaiza, y es algo buenísimo que me llevo de 2º Bach.

Sin duda, aprender de los demás, de mí misma, y de  las personas tan geniales que tengo ahora a mi lado es lo mejor de estos 6 años en el Juana I de Castilla.

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Miriam Villagarcía.


Como cualquier comienzo, cuesta adaptarse, pero el hecho de que ya conociera a mis compañeros y el trato familiar que nos dieron muchos profesores en nuestro primer año, hizo que viera el instituto como una segunda casa (en la que pasaría horas y horas). También hubo momentos peores, pero lo importante es quedarse con los buenos como el viaje a Londres, las muchas excursiones a Madrid, Burgos, Ávila, Salamanca o el pico de Peñalara, y algunas que faltan por venir como París e Italia. Además de esto, recuerdo con mucha nostalgia aquellos primeros recreos que pasábamos en la sala de juegos o lo impacientes que estábamos porque llegaran días como el de San Valentín para recibir nuestros claveles o la semana del Dulce Solidario (debo confesar que por esta todavía nos seguimos ilusionando).

Sin duda, celebrar el 30º aniversario de este edificio supone una fecha para recordar mi etapa en él,  y formar parte del instituto hace que resuma estos seis años como una etapa en la que he aprendido a trabajar por lo que quiero, a valorar cada día en el que aprendía algo nuevo y a darme cuenta de la importancia de participar en muchas actividades como la radio, Halloween, el Día de la Paz el Día del Libro.


Por último, quiero recordar con gran cariño a todos los profesores (especialmente a María) y compañeros que han pasado por este centro y con los que he tenido la oportunidad de compartir numerosas clases.

domingo, 19 de marzo de 2017

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Julia Cabezas (antigua alumna)

Echando una mirada hacia el pasado, encuentro seis años llenos de felicidad, amigos, profesores, experiencias, buenos momentos…  

Aún recuerdo el último día de instituto como si fuera ayer, lleno de nostalgia por abandonar algo que me había hecho feliz cada mañana de lunes a viernes durante los nueve meses lectivos de cada año que pasé allí. 

Cada día en el instituto era único. No todos los días fueron buenos ni mucho menos. Pero todos ellos eran especiales, no había dos iguales.

Poniéndome a pensar en momentos vividos, se me vienen miles de ellos a la mente, y la verdad es que todos ellos buenos. Recuerdo las excursiones que hacíamos, cada una de ellas distinta. Que si a la playa, al zoo, al Museo del Prado… Está claro que había excursiones de todo tipo tanto lúdicas como divertidas. Y ya no hablemos de los viajes de fin de curso…Tanto París como Italia fueron únicos no sólo por la belleza que estas ciudades poseen, sino por la gente que me acompañó.

Hablando de los profesores, las palabras hacia ellos se quedan cortas. Todos los que pasaron por mí, de una manera u otra, dejaron huella. No había dos profesores iguales, pues cada uno tenía su forma de ser y de enseñar, eso sí con todos ellos aprendí no sólo lecciones teóricas, sino también lecciones de vida.

No puedo estar más orgullosa de haber ido al Instituto Juana I de Castilla, y ojalá podamos seguir viéndonos todos muchos años más.

Atentamente,

Julia Cabezas Ortega

jueves, 16 de marzo de 2017

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Marisa Villagarcía (antigua alumna)



Se terminó el verano de 1986... hay que pensar en el nuevo curso, 2º de B.U.P., instituto nuevo, ¿cómo será?.

Llegó el día, mediados de octubre, nueve de la mañana, todos en el patio, deseando entrar a las clases. Dentro olía a nuevo, pintura, mucha claridad, las aulas amplias, esta vez sin tarima para el encerado.

De los profesores, en general tengo muy buenos recuerdos: Joaquín, Victoria, María José, Félix, Carmen, Guadalupe… de otros, no tan buenos, como de la profesora que me dio Historia y Geografía en 1º y 3º.

De mis compañeros tengo muy buenos recuerdos, con alguno sigo teniendo mucha relación y, cuando quedamos, recordamos nuestros días en el instituto, las excursiones, nuestras horas en la cafetería, los viajes de fin de curso. Yo, como repetí C.O.U., fui a Italia, París, Países Bajos… y ahora, después de treinta años y gracias a la iniciativa de una antigua alumna y ahora profesora, estoy recordando y conociendo la vida de mis antiguos compañeros, a los que ya les había perdido la pista.

Quiero mencionar al señor Luis, el conserje al que, aunque le dábamos algo de guerra, queríamos mucho.

En general, fueron unos años muy buenos en el Juana I de Castilla, una experiencia inolvidable, donde aprendes y conoces a gente estupenda,  y a algunos de tus mejores amigos...

Sin embargo, llegó el final y hoy, treinta años después, estamos recordando aquellos maravillosos años.

Un saludo para todos, los de antes y los de ahora.







                                                                                                     

viernes, 10 de marzo de 2017

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Carlos Arconada (antiguo profesor de Lengua y Literatura)

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   ¡Treinta años edificando juntos. EL VALOR DE LA EJEMPLARIDAD!


El RECUERDO (o recuerdos, experiencias, impresiones…) que albergo de nuestro entrañable centro, el IES Juana I de Castilla de Tordesillas, es un cúmulo de vivencias intensas, indelebles, agradables, pero, sobre todo, especiales, muy singulares… por haber sido compartidas con tantas personas encantadoras,   relacionadas con el que puede presumir de ser el primer instituto de la localidad y su comarca. Este recuerdo va unido a un noble sentimiento: la gratitud o el agradecimiento.

Aprovecho para felicitar a todas las personas de la comunidad educativa del Juana I por estos treinta años del edificio en el que se desarrolla la vida escolar; a quienes participan en esta iniciativa; y, de modo particular, a las profesoras y profesores que  han impulsado esta celebración desde su entusiasmo y su convicción, con el apoyo del Sr. Director y del Equipo Directivo: porque recordar y reflexionar sobre estas tres décadas es un ejercicio emotivo, emocionante y conveniente, un auténtico valor de ejemplaridad para encontrarnos y reencontrarnos.

Todavía recuerdo la emoción, el reto y el honor que suponían para mí trabajar como profesor en Tordesillas, en su célebre instituto de ilustre nombre: “Juana I de Castilla.”   Por varias razones:

Tordesillas siempre ha supuesto (desde mi infancia) un referente para mí: su historia, su caudaloso Duero, su patrimonio, incluso su(s) discoteca(s) me entusiasmaban siendo adolescente, cuando me divertía (y era algo trasto) en Simancas, lugar de procedencia de mi familia materna. También recuerdo con aprecio a varios profesores (excelentes, por cierto) que me dieron clase en el instituto donde estudié el antiguo B.U.P. (Bachillerato Unificado Polivalente): habían trabajado en el Juana I de Castilla: el instituto trampolín para llegar a la capital.

Igualmente, antes de incorporarme en septiembre de 2012, sabía que el profesorado del Juana se distinguía por su gran experiencia y su excelente preparación junto a su notable vocación y la habilidad para trabajar coordinadamente, en equipo. Asimismo, estaba informado del ambiente de respeto mutuo y de la convivencia que caracterizaban (y caracterizan) los distintos tipos de relaciones humanas: “profesor-alumno”, “alumno-profesor”, “profesor-profesor”, etc.

Como escenario acogedor de esas vivencias que perviven, el espacio institucional o edificio escolar: ya treintañero. Casi dobla la mayoría de edad. Se dice pronto.

Pero más importante que los espacios de las aulas, departamentos, sala de profesores, biblioteca, conserjería, administración, despachos, cafetería, vestíbulo, patios, aparcamiento, etc. son las que transitan (o hemos transitado) por ellos, en especial, los alumnos y alumnas; el profesorado; todas las personas que, sin impartir clases, también  trabajan día a día con enorme generosidad (las conserjes, los responsables de administración, de limpieza, etc.); las familias…

Los espacios influyen en las personas, pero las personas también determinan y “construyen” y confieren vida y dinamismo a los espacios, con sus encuentros y su interactuar.  Recuerdo los días finales de junio cuando, terminadas  las clases, apenas se percibían ruidos, y el instituto enmudecía por la ausencia de los alumnos.

¡Qué maravillosos cursos académicos (2012-2013 y 2013-2014)! ¡Tantas personas!

De manera especial, recuerdo a mis alumnos y alumnas (a quienes nos debemos los educadores, pues ellos son nuestra razón de ser). ¡Cuántas vivencias compartidas! ¡Cuántas actividades, excursiones, trabajos, lecturas, inquietudes…!  ¡Cómo me acuerdo de sus aleccionadoras reflexiones y su afecto! A todos ellos (y a los que sin haber sido alumnos míos conocí y traté), les expreso mis mejores deseos y mi gratitud por su paciencia, por los momentos que pasamos juntos, por confiar en mí y por confiarme sus asuntos personales, incertidumbres, etc. Nunca los olvidaré.  De ellos aprendí tantas cosas buenas en las clases de Lengua castellana y Literatura (sistema LOE) de 1.º de Bachillerato, de 3.º de ESO; en las clases de la asignatura de Literatura Universal  ( 4.º de ESO), o en las del refuerzo de Lengua castellana (1.º y 2.º de ESO).

De mis compañeros de profesión (PROFESORES Y PROFESORAS): podría  indicar sus nombres, apellidos, responsabilidades, aficiones, compromisos y quehaceres en distintas comisiones, grupos de trabajo…Dos consideraciones, para no extenderme: auténticos profesionales y, sobre todo, excelentes personas. Me abrieron amplios y valiosos horizontes. Me ayudaron (y siguen haciéndolo) gracias a su destacable disposición, a sus agudas habilidades para trabajar en equipo y para configurar equipos de alumnos (mediación; valores: paz, convivencia; lectura; radio; talleres; efemérides…).
  
Quisiera agradecer a todos mis compañeros de esos años la cálida acogida que me ofrecieron desde el primer momento. De manera particular, a los Sres. Directores: D. Pedro Pérez y D. Ángel Luis Estévez (actual responsable del centro escolar): les expreso públicamente mi gratitud por la ayuda y el trato que me dispensaron, sentimiento que dirijo también a los Sres. Jefes de Estudios de los cursos en los que yo estuve en el Juana (D. Jorge Ramos y D. Enrique Hurtado) y al Sr. secretario, D. Roberto Bombín.

Asimismo,  recuerdo con entrañable y profundo afecto, admiración y reconocimiento a mis compañeras de departamento: las profesoras de Lengua castellana y Literatura: D.ª PILAR VILLA y D.ª PILAR T. LÓPEZ.  Sin olvidarme de la actual responsable del mismo, una gran Amiga y verdadero honor y gloria  de la Lingüística Hispánica y de la Filología: la profesora Mar MELÉNDEZ.

Un respetuoso recuerdo para una compañera excepcional (y mejor persona) que nos dejó: la profesora MARÍA BELÉN RODRÍGUEZ (responsable del departamento de Matemáticas). La emoción se impone al escribir su nombre: María. Permanece entre nosotros para siempre porque como muy certeramente expresó la escritora D.ª Ana María Matute: “Las personas no mueren, las morimos.” Yo sé que su sombra no habita el olvido, sino que vive en paz, disfrutando de la búsqueda de otros valles llenos de la serenidad de los grandes silencios, no tan sinuosos como los que conocemos.

Termino: estuve dos años en el IES Juana I de Castilla: antes de entrar por primera vez, sus puertas estaban abiertas de par en par, como ahora…¡casi tres años desde mi traslado a Valladolid!

Son recuerdos y vivencias (compartidas) que permanecerán indelebles para siempre e inseparables de los nombres y los rostros de todas las personas de la comunidad educativa.

De todos recibí (y sigo recibiendo) aliento, apoyo, muestras de ejemplaridad.

¡Muchísimas gracias! ¡Feliz aniversario!


    Carlos Arconada Carro




martes, 7 de marzo de 2017

Mi vida en el “Juana I de Castilla”… Javier Corrales (antiguo alumno)

El cambio de la escuela al instituto dejó una marca imborrable en mi vida y supongo que en la de mayoría de  las personas. Nunca se olvidarán y se recuerdan con ahínco los primeros momentos y días en la ESO.

A modo de resumen, hablaré un poco en general de todos los cursos y luego profundizaré un poco en cada uno de ellos recordando los momentos más importantes o que más me marcaron.

Sabemos que ahora no es así, pero en mi época primero y segundo de la ESO se daban en lo que hoy es parte del colegio Pedro I, y una vez que llegabas a tercero ya bajabas al instituto grande.

He de decir respecto a 1º y 2º que fueron los cursos donde mejores notas saqué (también la dificultad era mínima). Recuerdo mi primer suspenso en Tecnología en primero, con Teresa. Fue un suspenso contundente que me hizo bajar de la nube en la que estaba. Creo que lloré como un niño que era. En segundo, recuerdo que esa misma asignatura la daba otro profesor que no recuerdo el nombre, pero nos hizo aprender muchas cosas que requerían de manualidad en el laboratorio. De esta primera etapa, recuerdo mucho la asignatura de Música porque era una jefa la que lo daba (Charo), aunque más tarde sería superada por Sole. Del segundo curso, también recuerdo las clases de Ciencias Sociales de José y sus voces. Era un grande.

Del cambio de edificio, ya en tercero, recuerdo las tutorías y clases con Jesús Castañeda y sobre todo el viaje a París con la asignatura de Francés, al final del curso. Fue algo inolvidable. De esta etapa recuerdo muy bien que estaba la clase de los mayores de 2º de Bachillerato enfrente de la nuestra justamente, y era curioso porque además tenía a mi hermano y a amigos en esa clase. Los cinco minutos fueron algo diferente y especial durante todo ese curso.

En cuarto se vio cómo aumentó un poco la dificultad, pero aún se sorteaban con facilidad los pequeños obstáculos que se ponían en medio, en especial en Matemáticas, Física y Química y en Biología. Casualmente estas asignaturas eran las que más me gustaban y por eso hice el Bachillerato de Ciencias. Recuerdo mucho cómo nos daba clase el Director (Manuel) de Física y Química y era curioso porque no hacíamos un examen de cada tema o de varios, si no que en cada nuevo examen seguía entrando lo evaluado anteriormente y era una manera de llevar al día toda la asignatura. Al final nos entraba todo y era muy gracioso.

Del Bachillerato se recuerda sobre todo el viaje de fin de curso a Italia, en primero y, en segundo, la tabarra que nos daban los profesores con la selectividad (PAU). Metían mucha presión, mientras yo pensaba: “primero tendré que aprobar el curso y luego ya me habláis de la PAU”. Pero quiero deciros que no es para tanto, todo el mundo lo aprueba y sé que este año tenéis más incertidumbre de lo normal, pero será parecido a todos años. El viaje a Italia fue una experiencia que no olvidaré nunca y que estuvo genial. Los profesores que nos acompañaron fueron José Luis (Filosofía) y Carlos (Dibujo y EPV) eran unos cachondos, creo que salieron más ellos que nosotros de fiesta. Hay que hacerlo eso… Seguramente me habré dejado muchas cosas sin escribir en estos párrafos, pero lo más importante está y quiero decir que aunque estaba deseando abandonar el instituto, guardo muy buen recuerdo de él, de la mayoría de profesores y de buena parte de mis antiguos compañeros. No quiero terminar sin guardar un buen recuerdo de los profesores que mejor huella me dejaron y los nombro sin problema: D. Pedro (Matemáticas), Javier Sousa (Biología), Ernesto (Matemáticas), Vinuesa (Física, Química), Jesús (Ciencias Sociales e Historia), Elena (Inglés)…de todos, de los/as nombrados/as y los/as que no, guardo buen recuerdo, gracias a todos/as vosotros/as he llegado a ser lo que soy hoy en día.

viernes, 3 de marzo de 2017

Mi vida en el "Juana I de Castilla"... Teresa Alonso (antigua profesora de Plástica)

Llegué al Juana en el curso 2011-12. La acogida fue fantástica y nunca olvidaré a los compañeros de esos dos cursos...no voy a nombrar a ninguno porque quizás me olvide de alguien y no es esa mi intención. Pero sí quiero que sepáis que, en los 28 años que llevo trabajados, os considero, hasta la fecha, mis mejores compañeros profesores, personal de administración, conserjes, el comando de limpieza, grandes profesionales, grandes personas y muy divertidas; no me olvidaré de aquella comida en la sala de profesores con las máscaras que nos habíamos hecho en ratos que no sé de dónde los sacamos y alguna que otra comida y cena en Valladolid.

Fueron años de recortes y nos unimos a la lucha, los jueves nos poníamos las camisetas verdes para trabajar y acudimos a más de una manifestación en la capital.

Y no me voy a olvidar de los alumnos, sin ellos no existiría el Juana. Trabajamos mucho y bien e hicimos grandes cosas, decoramos el hall para el Día de la Paz, para Halloween, para Navidad con un belén con botellas de plástico y papel o el diseño de sombreros y, por supuesto, la exposición de auras en las Casas del Tratado, con la colaboración de alumnos, profesores, conserjes, administrativos y directiva

Como los grandes momentos de la vida no se repiten, es bueno recordarlos y en estos momentos escribiendo estas líneas solo puedo deciros a los que me conocisteis esos dos años: "gracias por vuestra gran acogida tanto a mí como a mi hijo y nunca os olvidaré". Y lanzo un beso muy gordo para que le llegue a María, allá dónde esté.

Ahora desde Astorga, os espero cualquier día de cualquier año  para pasarlo juntos. 

SUERTE Y BESOS PARA TODOS