Aquellos
maravillosos años en los que la única preocupación era estudiar, si querías
estudiar, y salir los fines de semana. Fue una etapa emocionante, excitante y
llena de cambios. Pasar de la escuela, la niñez, al instituto... ya eras “mayor”,
ya podías hacer muchas cosas que
anteriormente no hacías.
Cuando
ibas al instituto, tenías 14 años, no era obligatorio, pues ya tenías el
Graduado Escolar. Había la posibilidad de trabajar, cosa que ahora no ocurre.
Recuerdo que terminé la escuela y pasé al
instituto, un edificio que físicamente estaba al lado de la escuela, pero que
al estar dentro había que acatar ciertas normas.
La
entrada estaba por la carretera Matilla, entrabas y a la izquierda abajo
estaban las aulas de 1º de B.U.P; este curso era la novedad: gente diferente,
varios profesores: uno para cada asignatura, también había un papel encima de
la mesa del profesor denominado “parte” en el que los profesores ponían falta a
la gente que faltaba y ¡qué casualidad! muchas veces desaparecía ¿a qué no
adivináis quién le hacía desaparecer?..... Por cierto, encima, el jefe de
estudios, Gregorio, el profesor de Ciencias Naturales, era mi tutor, así que
cada dos por tres bronca al canto. Recuerdo a Rafael Guerra, el profesor de
Lengua, siempre con traje; Rebeca la profesora de inglés, Tita, que en gloria
esté, profesora de Gimnasia, que nos
daba unas palizas a correr por las pistas donde teníamos de “espectadores” a
los chicos que iban a vernos correr. Por
cierto, había un pequeño vestuario a la salida de las aulas de primero para
podernos cambiar de ropa antes y después de Gimnasia. En este primer curso
también había clase por las tardes.
Cuando
pasé a 2º B.U.P., las aulas estaban en la planta de arriba, justo encima de las
de 1º B.U.P. Este curso era importante, ya que dabas asignaturas relacionadas
con las Letras y las Ciencias, era cuando veías más o menos claro qué
asignatura te gustaba más o se te daba mejor. Estudié por primera vez Física y
Química, que la impartía un profesor al que llamábamos Fisiquín, porque era
bajito y delgadito, también había otro profesor de esta asignatura al que
llamaban Fisicón, por ser todo lo contrario, alto y fuerte. Otra asignatura
nueva fue el Latín.
Recuerdo
a un compañero que tuve en clase llamado Roberto, se sentaba justo detrás de
mí, era encantador, pero desafortunadamente falleció en accidente.
Cuando
pasabas a 3º B.U.P. ya sabías si querías estudiar Letras, Ciencias o Mixtas que
eran las opciones que antes había. Aprobando este curso, ya conseguías el titulo
de Bachillerato. Pero antes habías sufrido con asignaturas como Filosofía, que
era impartida por “Petete”, donde la lógica nos traía a todos de cabeza.
Ya
llegamos al último curso del instituto, C.O.U. que, casualmente, yo cursé en el
instituto actual y que inauguré. Curso importante para la selectividad y que a
mí, personalmente, me costó dos años, pero finalmente superé.
Esta
etapa la recordaré con cariño, aunque fue algo complicada para mí, ya no solo
por estudiar, sino porque yo solo llevaba un año viviendo Tordesillas, difícil
hacer amigos, gente muy cerrada. Aunque al final vas encontrando tu lugar, pero
con ciertas dificultades.
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