Aquella mañana Benjamín se
despertó más contento que nunca; limpió la casa a fondo y preparó una gran
comida. Por fin podría ver a sus padres y a su hermana de nuevo; era el día más
importante para él y por eso siempre
esperaba con ansia a que llegara el treinta y uno de noviembre.
Desde aquel accidente de tráfico
en el que solo se salvó él, ese día fue el único en el que pudieron reunirse de
nuevo.
Yaiza
Vidal Sanz
1º de Bachillerato B
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