Un año más, el
departamento de Lengua Castellana y Literatura, dentro del Plan Fomento de la
Lectura del centro, convocó el tradicional concurso de microrrelatos de terror.
Aunque estaba destinado a
todos los alumnos de centro, solo hubo representación de 1º y 2º de ESO
y de 1º de Bachillerato, a quienes agradecemos su participación.
Tras una larga
deliberación, el jurado decidió otorgar los siguientes premios:
Mejor microrrelato de
terror en la categoría de 1º y 2º de ESO: Sombras e ilusiones, de
Daniel Hernández Merino, de 2º ESO B.
Mejor microrrelato de
terror en la categoría de Bachillerato y Ciclos: el relato escrito por Nayara
Humanes Acevedo, de 1º de Bachillerato A.
El veredicto del jurado y
la entrega de premios se realizó el día 12 de noviembre, en la biblioteca del
instituto.
Estos son los textos
ganadores:
Sombras
e ilusiones
Cuando Rosa Martín se
despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró en su cama
convertida en un monstruoso insecto. Fue corriendo a mirarse al espejo para ver
su horripilante figura. Por suerte, solo era una imaginación provocada por el
acto de levantarse. Cuando se fue de nuevo a su cama, vio una sombra deslizarse
por las paredes. Esta se paró enfrente de ella y Rosa la golpeó con fuerza en
la rodilla. El monstruo gimió de dolor y se fue por donde vino.
Después de la clase, fue
a su sesión semanal de tratamiento psicológico. Le contó a su psicóloga lo que
había soñado y el ataque de la sombra. Aún segura de que algo la atacó, la
psicóloga la tranquilizó. Cuando Rosa se fue, su terapeuta fue a buscar a su
próximo paciente, pero cojeando de una pierna, por un dolo de rodilla.
Por la noche, la madre de
Rosa la llamó: -¡Rosa, ven a cenar!
Cuando bajó las
escaleras, alguien la tapó la boca y la agarró para que no se escapara. Era su
madre.
-No vayas, susurró-, yo
también he oído esa voz.
La policía detuvo a la
psicóloga, pero esa noche nadie despertó.
Cuando Rosa Martín se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertida en un monstruoso insecto. Uno de tamaño de una mano. Un bicho asqueroso que soltaba una especie de baba maloliente por todos los lados. Tenía ocho patas y su tronco era ovalado. Su cuello era capaz de girarse los trescientos sesenta grados. La cabeza a la que sostenía era negra y redonda. Lo curioso era que, aunque todo lo que había adoptado no se parecía a ella, Rosa se identificó gracias a sus ojos. Estos tenían la esclerótica blanca, pero en cambio, su pupila no era roja. Al acercarse al espejo, se percató de las gotas que goteaban una sustancia parecida a la sangre. Estaba empezando a llorar. Y cada gota que caía eran miles y miles de huevos que eclosionaban y se extendían. Tras ve lo que estaba ocurriendo, se resguardó en una cueva para siempre. Desde entonces, cada vez que llora, miles de crías nacen y recorren kilómetros para volver a la cama en la que su madre era feliz…Mientras que Rosa recuerda que su mirada nunca volverá a ser la de antes.
Nayara Humanes Acevedo
¡¡¡Enhorabuena a los premiados!!!
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